“LA FE Y LA MISIÓN EN LA VIDA E IDENTIDAD DEL EXALUMN@ TERESIANO”
1. LA FE COMO RESPUESTA A LA REVELACIÒN O AUTOCOMUNICACIÓN DEL PADRE
Dios, feliz en sí mismo, quiso revelar, es decir, autocomunicarse o autoentregarse, a su creatura racional, el hombre. En autocomunicaciòn o autorevelaciòn no es otra cosa que el deseo de Dios de entrar en COMUNIÒN con cada ser humano en todas las culturas y en todas las épocas de la historia.
El dinamismo auto revelador del Padre se inicia con la Creación. Cuando crea de la nada todas las cosas y, especialmente el hombre, Dios da inicio a un PLAN o PROYECTO de ENCUENTRO o COMUNIÓN con sus creaturas, especialmente con el SER HUMANO,CREADO A SU IMAGEN, PARA QUE LLEGARA HACER SEMEJANZA SUYA. Esto es, para que PARTICIPARA de su DIVINIDAD y su IDENTIDAD.
Mediante la CREACIÓN Dios comienza un DIALOGO con el hombre, pues ella se en si misma VERBUM DEL (Palabra de Dios), SACRAMENTO o SIGNO del Padre Creador, EXPRESIÓN de la GRANDEZA, BELLEZA y el AMOR de un DIOS PODEROSO,INFINITO, PERFECTO Y ETERNO. De esta manera Dios se hace presente en la HISTORIA (espacio y tiempo). La Historia, se convierte así en lugar de salvación, en Historia de salvación y en punto de encuentro o comunión dialogal entre Dios y el hombre, pues por la contemplación de las cosas creadas y con el uso de la sola razón, el hombre puede LLEGAR A CONOCER A DIOS, CAUSA, -este conocimiento- DE VIDA ETERNA, PUES COMO DICE SAN JUAN EN SU EVANGELIO: “En esto consiste la vida eterna, en que te conozcan a Ti Padre y a tu enviado, Jesucristo”
Consumada la creación, Dios elige un PUEBLO, el pueblo de Israel, para avanzar en su proceso de revelación o auto-comunicación. A este pueblo se le revela como “el que es” – yo soy el que soy- y después de liberarlo de la esclavitud del faraón, realiza con él un ALIANZA o PACTO, prometiéndole su presencia salvífica y el advenimiento de un MESIAS SALVADOR. En esta etapa de la revolución Dios manifiesta de una manera más patente su deseo de entrar en comunión con el hombre, a través del pueblo de Israel.
Cuando se cumplió la plenitud de los tiempos, envió Dios a su HIJO, nacido de mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que estaban bajo la ley. Gal 4,4. El advenimiento del Hijo de Dios constituye la PLENITUD de la REVELACION. En CRISTO –proyecto del Padre-Dios entra en comunión con cada ser humano y con todos los seres humanos. Es decir, en Cristo el Padre se AUTO-COMUNICA y se REVELA PLENAMENTE.
Esta revelación o auto comunicación de Dios la realiza Jesús-Cristo con GESTOS y PALABRAS, pero sobre todo, mediante su entrega total en la CRUZ y su GLORIOSA RESURRECCIÓN. Cristo es la Palabra definitiva del Padre, Él es la PALABRA DE DIOS en sentido absoluto.
Ahora bien, si por medio de la creación, es decir, de la realidad, de la historia, Dios ha querido entrar en comunión con la humanidad, la historia, la realidad la creación es una especie de puente o lugar de encuentro con Dios. De ahí la importancia de volverlos contemplativos de la realidad para descubrir en ella los SIGNOS DE LOS TIEMPOS, es decir la voz o la voluntad de Dios. El cristiano no puede vivir de espaldas a la realidad, a los cambios profundos que permanentemente afectan al mundo porque es la realidad, la historia, el lugar primigenio y originado de la auto comunicación divina.
Si por medio de un pueblo, Israel, en el antiguo testamento, dios se revela o auto comunica, y por medio del nuevo pueblo de Dios, la Iglesia, Dios continúa actuando en los eventos de la humanidad, no podemos prescindir de la mediación de la iglesia. Ella es como un signo o sacramento que nos permite el encuentro o la comunicación con el Dios y con el Cristo glorioso.
Si por medio de Jesucristo, el Hijo amado del Padre, hecho hombre, Dios entra en comunión perfecta con la humanidad, solo por medio de Jesucristo cada ser humano puede ir al encuentro del Padre amoroso bajo el influjo del Espíritu Santo.
Así las cosas, la FE se convierte en una respuesta a la entrega que Dios hizo de sí mismo en la persona de Jesucristo. O dicho de otra manera, la fe es la manera como cada ser humano, bajo el influjo de la Gracia, responde a la auto comunicación de Dios en la historia y en su historia.
Para poder acercarnos un poco más a la definición de la FE, es preciso, tomar conciencia de la siguiente realidad:
El concepto que hemos heredado de FE está profundamente influenciando por una época de la historia –la modernidad- cuyo paradigma fundamental fue la RAZÓN. Esto quiere decir, que tanto en su definición como n vivencia, la FE ha sido concebida mas como un acto intelectual o racional que como un acto existencial.
Esta manera de concebir la fe, ha sido la causa de la DICOTOMÌA entre la Fe y la VIDA O LA INCOHERENCIA entre fe y vida que afecta a todos los miembros de la Iglesia. Y podemos afirmar esto porque si la fe s fundamentalmente un acto intelectual, yo puedo asentir con el intelecto, creyendo lo que Dios ha revelado, pero las otras dimensiones de mi ser –la dimensión corporal, sexual, intersubjetiva, política, económica, moral, etc.- no están involucradas en el dinamismo de la fe. Por un lado va mi profesión de fe y por otro lado mi comportamiento moral y mi manera de proyectarme en la sociedad donde vivo.
Dicho esto, afirmamos que la fe es un acto intelectual y volitivo, es decir, un ACTO HUMANO por excelencia, pero no es solo un acto intelectual, es también un acto corporal, emocional, afectivo, social, que compromete la totalidad de la EXISTENCIA. Más que intelectual, la fe debe ser un acto EXISTENCIAL.
Teniendo esto claro, podemos dar por superada la definición de fe que encontramos en el catecismo del Padre Astete profundamente marcada por el racionalismo de la modernidad. Recordemos la definición de fe del Padre Astete: “FE es crecer lo que no vemos porque Dios lo ha revelado”. Esta definición de fe, afectivamente no involucra toda la existencia, sino que pone al acento en el asentimiento intelectual que debemos a la autoridad soberana de un Dios que prácticamente se impone a la razón humana.
Adoptemos ahora, la definición de fe propuesta por el concilio Vaticano ll, más acorde con el momento histórico que nos tocó vivir:
LA FE ES UNA ENTREGA TOTAL, LIBRE Y PERSONAL AL PADRE, POR MEDIO DE JESUCRISTO EN EL PODER DEL ESPITU SANTO.
Esta manera de concebir la fe, supera la concepción intelectualista arriba mencionaba, permite la superación de la dicotomía en fe y vida pues nos enseña que no basta entregarle a Dios el intelecto y la voluntad sino toda la existencia y nos empuja a redescubrir la identidad unitaria de la naturaleza humana.
Al Dios que se nos entregó o auto comunico, nosotros debemos ENTREGÁRNOSLE. Si el Padre, por medio del Hijo en el Espíritu Santo quiso ABRAZARNOS y entrar en comunión con nosotros y, esto de manera TOTAL, nosotros no tenemos otra opción que abrir nuestro brazos para responder a su amoroso abrazo, ABRAZANDOLO, es decir, entregándonos a ÉL TOTALMENTE. Esta respuesta nuestra, que implica toda nuestra existencia es lo que llamamos fe.
Pero nuestra ENTREGA no es solo TOTAL, sino LIBRE, más aun, es el acto más sublime de LIBERTAD. Recordamos la palabra de San Agustín: “Dios que te creo sin ti, no te salvara sin ti”. La fe es un acto GRACIOSO, que de ninguna manera coarta la libertad humana. Cuando el hombre vive la experiencia de la fe, en lugar de perder si libertad, vive realmente el don de ser libre, plenamente libre. La fe no quita la libertad, al contrario, la fortalece y la lleva a su plenitud.
Por otro lado, la fe es una ENTREGA PERSONAL. Esto significa que nadie puede entregarse por mí. No vale decir que yo voy alcanzar la salvación porque mi abuela o mi madre son o fueron muy creyentes. No. Es preciso que yo personalmente asuma el compromiso de vivir la aventura de la fe o entrega.
¿Y a quien hay entregarse? Es claro y contundente, al PADRE. El padre es el origen y la meta de todo el universo y de manera particular del hombre. San Agustín gustaba decir: “Dios nos creó para ÉL. Al único a quien vale la pena entregarle la vida es el PADRE. Y ESTA entrega solo es posible por medio de JESUCRISTO, el único puente, el único mediador, el único que nos permite el acceso al misterio del Padre. Recordemos las palabras de San Juan: “nadie va al Padre sino por el Hijo”. De ahí que la clave o llave para acceder al padre es vivir un ENCUENTRO PERSONAL con la ADORABLE PERSONA DE JESUCRISTO, ACEPTARLO COMO SALVADOR Y SEÑOR Y DEJARSE CONDUCIR POR ÉL. CONTADA SEGURIDAD ÉL NOS LLEVARÁ AL PADRE.
Por último, en los avatares de la fe, nada es posible sin la ACCIÓN DEL ESPIRITU SANTO. Sin él, la entrega al Palabra no es posible. Por el podemos afirmar que la fe es una gracia, un don. Poner óbice a la acción del Espíritu Santo, es caminar los caminos de la vida sin un rumbo fijo, SIN ESPERANZA. La fe solo es posible si tomamos la firme decisión de someter nuestra voluntad a la voluntad del divino paracleto.
2. LA MISIÓN, FRUTO DE LA FE
Teniendo claro que la fe es una entrega total, libre y persona al Padre por medio de Jesucristo en el Espíritu Santo, podemos concluir que la MISIÓN es un fruto o una consecuencia de la fe. La entrega que hacemos de nueva vida al Padre, se convierte necesariamente en acción misionera, esto es en TESTIMONIO. San Juan Pablo II nos decía: “La mejor forma de evangelizar es el testimonio”
Para hablar de la MISIÓN es preciso remitirnos a JESUCRISTO, misionero del Padre, modelo y paradigma de toda acción misionera.
Al contemplar la misión de Jesucristo salvador, podemos constatar TRES realidades o acciones mediante las cuales Cristo dio Gloria a Dios y realizo la salvación de la humanidad:
1. PROFECÍA: Jesucristo es el PROFETA que tenía que venir al mundo. Su vida y su palabra anunciada el ADVENIMIENTO del Reino de Dios. La misión profética de Cristo consistió fundamentalmente en REVELAR la irrupción definitiva, mediante su adorable persona, del Reinado de Dios en la historia. En Cristo y por Cristo, todas las profecías llegan a su cumplimiento definitivo y su Palabra, Firmemente apoyada en su testimonio de vida, se convierte en acción misionera primordial.
2. SACERDOCIO: La carta a los Hebreos enseña que Jesucristo es el único, sumo y eterno sacerdote de la nueva alianza. La misión fundamental del sacerdote en el Antiguo testamento es el ofrecimiento del SACRIFICIO en honor a Yahveh. La dimensión celebrativa, se convierte en el corazón de la misión de Cristo pero a diferencia a los sacerdotes del A.T; Cristo ofrece su propia vida como sacrificio agradable al Padre. Jesucristo mismo es el Cordero inmaculado que con su sacrificio en el altar de la cruz, realiza y celebra su misión profética.
3. REINADO: Con Jesucristo el Reino de Dios llega a su plenitud. Pero a diferencia de los reinados se esté mundo, el reinado de Jesús se realiza en el SERVICIO amoroso. “Yo no he venido a ser servido sino a servir”. Y este reinado de Cristo, se manifiesta gloriosamente en la CRUZ. Dando la vida, el Señor, reina. Porque se hizo obediente hasta la muerte y muerte de cruz, Dios lo levanto y lo hizo Señor o Jefe de todo el universo.
Por el bautismo, todo cristiano, es hecho participe de esta triple misión de Cristo. El Bautismo es el sacramento de la fe y de la misión, pues constituye al principio de nuestra entrega y nos impulsa a prolongar en la historia la misión del Señor. Por tanto todos los bautizados estamos llamados a ser PROFETAS, SACERDOTES Y REYES (SERVIDORES).
Como profetas, debemos ANUNCIAR Y DENUNCIAR. Anunciar a JESUCRISTO, Palabra de Dios presente en la historia misteriosamente. Denunciar las injusticias y el pecado en todas sus manifestaciones. La profecía nos impulsa de dar TESTIMONIOS y el testimonio solo podemos darlo cuando nos hemos entregado al Padre (fe). Pero aunque el testimonio es la forma más elocuente de acción misionera, no podemos dejar de hablar de lo que hemos visto y oído, es decir, del poder transformador del Misionero Pascual de Jesucristo actualmente en nuestra propia vida. La profecía o anuncio evangélico es la misión o tarea PRIMORDIAL de todo BAUTIZADO.
Como sacerdote, hemos de dar CULTO al Padre, mediante el Hijo en el Espíritu Santo. Pero el culto que más le agrada a Dios es el culto de la propia vida, que debe estar siempre vinculado al culto de la Santa Misa. Dicho de otra forma: Participación en la Santa Misa y una vida bien vivida constituyen el culto más agradable al Padre. Esta misión es el CENTRO de toda la acción de la iglesia.
Como reyes o servidores, estamos llamados a entregar la vida en el servicio y el amor fraterno.
El cristiano reina sirviendo y sirviendo contribuye a la instauración del Reino de Dios en la familia, e el trabajo, en las funciones públicas, en el barrio, en la parroquia. Esta misión en el CULMEN de la acción de la iglesia.
Avanzando un poco más en nuestro tema, es preciso presentar algunas líneas concretas de compromiso misionero que conciernen al exalumno teresiano, teniendo en cuenta la identidad y el carisma que las misioneras Teresitas han compartido con nosotros:
1. El ex alumno teresiano asume como lema propio: A SÓLO DIOS HONOR Y GLORIA
2. El ex alumno teresiano comprende que el camino que lleva al Reino pasa por la SENCILLEZ y la HUMILDAD DE VIDA
3. El ex alumno teresiano sabe con certeza y vive con pasión la vocación fundamental de todo cristiano, bellamente plasmada en la vida de la Santa Doctora Teresita del niño Jesús: “En el corazón de la iglesia, yo seré el amor”
4. El ex alumno teresiano hace presente a Dios en el corazón del mundo y al mundo en el corazón de Dios, viviendo si entrega (fe) en la familia, en el mundo del trabajo, en su parroquia, etc.
5. El ex alumno teresiano, SE DEJA CRISTIFICAR para CRISTIFICAR su contexto social.
6. El ex alumno teresiano, ante todo, se convierte en artesano de la comunión.
Que por la poderosa intercesión de la Bienaventurada Virgen María, nos permita ser depositarios, hoy y siempre de la lluvia de rosas (bendiciones) que Santa Teresita prometió derramar sobre todos nosotros.
TALLER SOBRE LA FE
Después meditar en la fe como experiencia vital, desarrollemos comunitariamente el siguiente taller
1. Vamos a leer la historia de doña Petra.
Doña Petra es una mujer sumamente “católica”. Asiste con frecuencia a la Santa Misa, reza el Santo Rosario, es muy devota de la Virgen del Carmen y las diferentes y numerosas imágenes de santos y santas que adornan su cuarto, revelan su profunda vida religiosa y su fe. No OBSTANTE, EN LA CASA DE DOÑA Peta también están presentes la herradura y la mata de sábila colgadas detrás de la puerta de entrada, disque para atraer la suerte y para alcanzar protección frente a la envidia y “otros demonios”. Doña Petras es aparentemente muy religiosa pero también visita frecuentemente personas que llegan al pueblo prometiendo protección contra el maleficio o que vienen a leer las cartas, la mano o el tabaco. Además, a veces asiste a sesiones de espiritismo y algunas veces se deja seducir por los evangélicos que le prometen milagros, salud y prosperidad. Y para completar, no le habla a medio vecindario, no tiene un compromiso en su parroquia y vive criticándolo todo. Doña Petra lastimosamente ha contaminado su FE. Le enciende una vela a Dios y otra al diablo. Afirma en voz baja y “tocando madera”: -Uno no debe creer en brujas, pero de que las hay las hay”.
Realmente no confía plenamente en un Dios vivo y poderoso puesto que busca protección y ayuda en SUPERSTICIONES o CREENCIAS que de ninguna manera pueden compaginarse con la verdadera FE y, por si fuera poco, le falta fraternidad comunitaria y compromiso eclesial.
La vivencia de la fe de Doña Petra es el fiel reflejo de la manera como muchos católicos viven hoy su fe. Así vivida, la fe no tiene sentido, no sirve para nada, está enferma de muerte.
2. Vamos a dialogar las siguientes preguntas:
-¿Cuál es tu opinión sobre la fe de doña Petra?
-¿A quién representa Doña Petra?
-¿Cuáles son las líneas de conversión que debe asumir Doña Petra?
-¿En qué aspectos te identificas con Doña Petra?
-¿Cuáles son los pecados contra la fe?
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